jueves, 25 de agosto de 2011

The Hold Stevie

Su historia es una verdadera novela, un cruce entre el Ciudadano Kane y la historia bíblica de Moises. Nacido en la soleada San Francisco en 1955, fue adoptado por un familia apellidada Jobs y sus padres biológicos se llamaban Joanne Carole Schieble (mamá) y Abdulfattah Jandali (papá) y cuando la universitaria Joanne lo entregó a los proletarios Paul y Clara les hizo prometer que al crecer lo inscribirían en una universidad. El niño de sangre siria – anglosajona y de padres adoptivos de origen armenio (en resumen, un estadounidense perfecto) finalmente creció e ingreso a la universidad y cuando la abandonó empezó a hacer historia (junto con Stephen Wosniak en su primera etapa).

Jobs es una suerte de mesías moderno para muchos. Más allá de que sea multimillonario, este hombre de carácter, según indican, obsesivo, perfeccionista y difícil ha logrado que nuestras vidas cambien y nuestros ojos estén prestando atención a diversos tipos de pantallas: hizo que la computadora personal fuera realmente personal con la Apple I (su carcasa era de madera) y nos hizo teclear con la Apple II en 1978. Nos enseño a mover un ratón en 1984 con la Macintosh. Cuando lo botaron de su propia creación en 1987 fundó Pixar y nos hizo ver pixels en el cine creando toda una nueva rama de explotación visual, a su vuelta a casa nos mostro que las computadoras podían tener vivos colores, prescindir de los diskettes de 3 ¼ y enfocarse en internet (atrasando a su rival Bill Gates) con la iMac, luego nos hizo bajar la vista para ver laptops sexys con la PowerBook, nos metió en la orejas y el bolsillo de la camisa el iPod, nos hizo hablar y mover los dedos sobre sus iPhones (y de paso botar nuestro Nokia) y ahora nos hacer manosear sus iPads mientras vemos internet, videos y fotos. En resumen nos hemos sobado con sus creaciones desde 1977 y nos ha hecho desear profundamente tener sus productos. Ha sido sexy durante varias generaciones y de paso nos ha impuesto su forma de ver la información.

Jobs encarna la figura del verdadero Gurú, un nuevo Gutenberg, si es que existe alguien al que se le pueda llamar así (y no esos pelagatos que viene a dar clases de marketing), que hace que millones en todo el orbe se agolpen en sus tiendas, abriendo sus billeteras (como babosos) y comprando sus productos. Mientras que en los ochentas las Apple Mac fueron las maquinas caseras innovadoras y amigables y en los noventa eran la maquinas que todo diseñador debía tener, es en este nuevo siglo que la Mac se ha convertido en un objeto que “debes” tener ya que encarna los valores más actuales y contradictorios: simpleza, brillantes y extrema sofisticación bajo el lema de Think Different. Ese pensar distinto además no fue colocado democraticamente sino impuesto en nuestras mentes a través de uno de los mayores talentos de Jobs, la negociación: en este campo el tipo es un verdadero tiburón que le ha permitido convencer a Disney (del que es el mayor accionista), las telefónicas y la industria musical sobre su visión de los contenidos, como promocionarlo y bajo que parámetros venderlo para obtener la mayor rentabilidad.

Ahora este hombre carismático debe dejar sus puesto en Apple por salud (creo que si no fuera multimillonario y gracias a la tecnología médica actual ya no lo tendríamos entre nosotros), generando en el mundo de la tecnología “que llevas contigo” un profundo desasosiego. Es como cuando los Beatles se separaron o cuando murió Picasso o Chaplin. Finalmente Jobs encarna eso, el líder de una nueva disciplina: la tecnología afectiva.

Las patentes de Steve Jobs - New York Times, 25/8/2011

Steve Jobs - NYTimes, 24/8/2011

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