sábado, 31 de julio de 2010

Koolhaas o el otro faro

En un reciente documental del 2008, dirigido por Heidingsfelder y Tesch dedicado a su figura, Rem Koolhaas (Arquitecto, Rotterdam, 1944) lo definía todo: "...Lo excitante de La arquitectura es que hay tantas razones para ser modesto, por qué hay tantos niveles en los que puedes fallar…". ¿Qué más agregar?. Qué se le puede refutar a un tipo al que se le quemó uno de sus dos edificios más emblemáticos poco antes de inaugurarse en China, que no pudo construir los que serian sus edificios para la posteridad en los 90’s, el ZKM en Karlsruhe y la terminal de Zeebrugge, y que su oficina sede en EEUU se le volvía y se independizaba solita por excesos de ambición de su socio in charge. Y aun así es hoy por hoy uno de los arquitectos más influyentes (y quizá el que mejor escribe) del mundo.

Recientemente galardonado con el Léon de Oro en la célebre Bienal de Venecia (cualquier premio que le caiga ya es simplemente de relleno), el mundo de los arquitectos (esa cosa tan hermética) encuentra nuevamente una excusa para hablar de este holandés tan célebre como iconoclasta. Rem Koolhaas ha trazado un camino desde que en 1975 fundó junto a Elia y Zoe Zenghelis y Madelon Vriesendorp, socia y hasta el día de hoy su esposa oficial (Rem juega en dos canchas de local), OMA (Office of metropolitan architecture) en Rotterdam. Sin haber construido mayor cosa (en el siglo XXI ha construido más que en todos los años anteriores), OMA se volvió un punto influyente en la arquitectura de todo occidente básicamente por la nueva mirada que le dieron a los encargos y sus libros stylish, plagados de ideas tan seductoras (the manhattism, Generic Cities, the Shopping Experiencie, the junkspace) como sus gráficas e ilustraciones (desde los rascacielos after sex con preservativos zeppelines de Vriesendorp, el plan maestro para la ciudad de Melun-Senart con un planta pintada a mano con crayones, hasta los cortes programáticos de Bruce Mau). Recuerdo que un profesor prominente de mi escuela de arquitectura dijo en una sesión de crítica: “Koolhaas es un huachafo de plazoleta (¡!)”. Así de admirado e incomprendido es este diseñador que abraza sin tapujos la contradicción: se queja de la miseria urbana contemporanea y diseña edificios - iconos apabullanes, analiza a traves de AMO, el brazo sociológico espejo de OMA, las nuevas interralaciones politico sociales y acepta encargos para gobiernos absolutistas como China, se queja de la celebridad y el Star Architect y diseña para Prada.


A Koolhaas le debemos no tanto por lo que nos dio, sino por lo que nos quitó: Cuando inicio, nos retiro ese acartonamiento tan propio de la disciplina y el hecho de que la profesión (como buen periodista y documentalista que fue) se nutria de otras cosas también (pop art, filosofía, literatura, pornografía, etc.). En los ochenta, le quitó a la arquitectura ese compromiso moral con el encargo, muy propio de esa modernidad blanca y pura y ayudo a ensuciar un poco el acto de proyectar. En los noventa, le resto excesos discursivos a la lógica proyectual proponiendo más bien el desarrollo del programa como acto creativo (acuñando la frase anti-miesiana: “no money, no detail”. Hoy en día suplanta la necesidad de la hiper-diagramación como sustento formal por una búsqueda desenfadada del bigness: aplicación en campo de aquella máxima “el tamaño es la forma”. Koolhaas a sido una suerte de fontanero internacional que ha colaborado con la práctica del diseño arquitectónico desatorandola de ciertas atolladeros filosóficos y afectaciones en las que suele caer y de paso nos ha quitado el pecado original. Un faro ubicado en el lado más inesperado e incomodo de nuestro horizonte proyectual.

How Rem Koolhaas re-enginereed the architecture book? The Guardian - 10/4/2010


El arquitecto profeta. El Pais - 16/7/2010

Koolhaas - A Kind Of Architect -Trailer (Youtube)

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